Que estalle la Tercera Guerra Mundial.

Que bonitas palabras esas que dicen ''eres mi casa''. Que tristes para los que no tienen a quién decírselas, como yo. Que suerte las personas felices que se superan y las que son más felices aún que se valoran. Nadie se supera por mi porque yo no me valoro lo suficiente. Eso si que es triste. Y pensar que nadie va a estar dispuesto a superarse es más penoso aún. Sin embargo qué coño quieres que le haga, soy así y así funciono. Tienes suerte, según como quieras verlo. Pero a mi sí que me gusta superarme y siempre lo hago, es señal de madurez. Ya dudo hasta de mis palabras, que salen de mi boca a la vez que parecen querer decirme que no deberían haberlo hecho. Yo me supero por ti, por él y por aquel. Porque de eso se trata el cuidar de alguien y darlo todo por los que queremos. Porque te quiero. Y mierda, son sólo dos palabras pero es justamente eso lo que significan para mi. Superación. Supérate cojones, déjame quererte. Ya no quiero que me quemen el pecho. Ya no quiero más palabras mágicas si para ti no significan ''voy a estar contigo para siempre''.

Perdona por esto, si te digo que he tenido mil y un tachones no me crees. Mal día; demasiadas cosas en la cabeza, desordenadas y no acompañadas de inspiración para plasmarlas en papel.