Hoy me he despertado con unas ganas de ti... Como todos los días desde hace dos meses. Tengo ganas de darte los buenos días a besos y empezar el domingo con buen pie de una vez. Te echo de menos todos los días, pero los domingos realmente pueden conmigo. Y ya si llueve...
Mi único amor es mi único odio,
Amantes del chocolate.
27.10.13
16.10.13
I will always want you
Prometí dejar de lado todo por ti, en el momento en el que nos encontramos. Prometí que esta iba a ser la definitiva, que te iba a querer e iba a volver a hacerlo. Casi llegué a jurar que serías el único y que daría todo por que estuvieses bien. Eras mi despertar, mi desayuno y mi pillar cama a las 10 de la noche con un sueño... Estabas en cada estación de metro, en cada hoja de apuntes y en cada botellín de cerveza. Amar los fines de semana por verte y adorar aún más las bibliotecas para encontrarnos a última hora de la tarde, y querernos hasta que la luna nos pillase desprevenidos. Yo, que te pensaba como un juego más, acabo de darme cuenta bajando del autobús que he echado de menos no tenerte a mi lado en el trayecto. Que echo de menos que me hagas reír hasta que me duela la tripa, que te duermas en mi pecho, o yo en tus piernas, que quiero volver a cuando lo único de lo que teníamos que preocuparnos era por controlar nuestras ganas de cogernos la mano y seguir hasta la habitación del fondo. De comernos a besos. De sentirnos y sentir que estaba bien. Echo de menos que nos echemos de menos y, sobre todo, echo de menos las mariposas. Vuelve y hazme sentir mariposas. Te echo de menos.
15.10.13
I lost myself
Me da igual como defina la RAE la palabra cobarde. Para mi, busco esa palabra en el diccionario y sale tu cara. Cada vez que pienso en ti me revuelvo entre recuerdos y odio. Han faltado dos días para que el destino deciese jugarmela otra vez. O jugartela a ti. Pero quiero que vuelvas, joder. Quiero volver a cuando tu nombre estaba en mi pantalla a todas horas y eras en lo único en lo que pensaba. Qué coño, lo sigues siendo. No te consigo borrar de la cabeza. No tengo esa facilidad ni ese botón de "eliminar" que parece que tu habías apretado hace tiempo. Te reconozco que te echo de menos, y lo hago cada segundo que miro el móvil y no estás. No estás y yo todavía no me hago a la idea y no sé cuánto tiempo voy a tardar en asumir que decidiste que yo no merecía lo suficiente la pena como para arriesgar todo lo que no tienes. Que sepas que yo lo hubiese hecho. Que sepas que te pienso y que sepas que si vuelves yo te dejaré hacerlo como una imbécil. Asique vuelve. Vuelve conmigo.