Al día siguiente no sentía mi cuerpo y mi cabeza no dejaba de darte vueltas.
Tú apoyado sobre aquel coche que la noche anterior cogisteis un poco pasados. Me cogiste y me acercaste a ti. Reíamos y nos besábamos. Me hubiera quedado así toda la jodida noche.
Buenos días mundo. Te adoro con esa carita de sobado. Te adoro tumbado junto a mi bajo una manta. Pero, sobre todo, te adoro ofreciéndome el cuarto para los dos.
Sin remedio ahora te odio. Te odio, capullo. Esas cosas no se hacen. Te odio entrenando, te odio lejos, te odio fingiendo, te odio jodido, te odio atontado, cansado, cuando quieres rendir y no lo haces.. te odio.
+ Me molestó muchísimo.
- ¿Quieres que te pida el número?
+ ¿Quieres tenerlo?
- ¿Me das tu número, rubia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario